Sistema de puntería o miras.
Otro aspecto del tiro y de las armas a utilizar y de vital importancia es el sistema de puntería o las miras. (foto 1).
Toda tu atención cuando se apunta debe centrarse en las miras y no en el blanco. Las miras se deben ver perfectas, su enrasamiento por la parte superior y las luces laterales deben ser simétricas, como se indica en la figura 1. El disparo también será bueno si sabes parar bien y no te precipitas al disparar.
Hay otros sistemas de puntería, como te indico en la figura 2, aunque no son buenos, a excepción del último dibujo que indica “Pocas luces, Mucha precisión”.
Los errores más frecuentes al disparar se producen porque no se presta atención como he dicho antes a las miras, y la vista la dirigimos hacia el blanco. (foto 3). Al perder la atención del punto de mira sucede lo que te expongo en el dibujo de la izquierda: el punto pierde su enrasamiento y las luces se desajustan. Entonces el disparo es malo, pero ya está disparado y no hay vuelta atrás. Recuerda: un tiro malo no lo tapa uno bueno. Si dispararas estando las miras en cualquiera de las posiciones representadas, el impacto sería en la zona blanca (un cero y en el mejor de los casos rondaría por el 0 visto, o al 3).
En los dos errores de alineación de las miras en relación con el blanco que vienen en las fotos 1 y 2 de la presentación, hay dos errores: el primero sería leve, incluso llegaría a ser un 9, pero el segundo sería de una puntuación mucho menor.
El lugar ideal para apuntar, siempre he dicho y lo tengo comprobado, está entre el 3 y el 4, ósea, en el centro de la zona blanca inferior de la diana (foto 3 de la presentación). Aquí es donde debe estar el baile del arma mientras estamos apuntando y, sin dejar de estar atentos al punto y al alza en su enrasamiento y luces, es donde iremos apretando suavemente el gatillo hasta que salga el disparo. Es un error apuntar en el centro del blanco, porque el negro de las miras sobre el negro de la diana no se perfila bien y si apuntamos en el borde del negro, ósea en el 6, estás tan atento de si entras en la zona negra o te separas demasiado de ella, que es cuando pierdes tu atención en las miras.
Ahora vas a hacer una prueba que te voy a indicar y que estoy seguro te va a sorprender. Coge un papel y un lápiz o, si lo tienes a mano, una regla o cinta métrica y mide la distancia que hay entre la línea que separa el 6 del 5 y la línea que separa el 1 del 2 de una diana. (foto 4 de la presentación). Pues bien, mientras sepas dominar el enrasamiento de las miras así como sus luces mientras estés apuntando y bailando dentro de este margen en la diana, tu disparo será un 10 o un 9.
Si no lo crees posible compruébalo desplazando lo que acabas de medir al centro de la diana y verás que es la misma distancia que hay entre el 9 y de el 10. (foto 5 de la presentación).
Las presiones que debemos tener en el disparador del arma dependen de la modalidad en la cual estemos tirando. Así, para la pistola neumática será de 500 gramos, para pistola Standard 1000 gramos, para grueso calibre o fuego central 1.360 gramos y para la pistola libre el peso es libre, aconsejándose que esté entre 40 y 60 gramos.
Si en el momento que estamos apuntando y a punto de disparar vemos que no estamos seguros del disparo, hay algo que nos molesta o se nos acaba el aire (al estar en la posición de apnea), deberemos, siempre que sea posible, desistir del disparo, bajar el arma e iniciar la secuencia de nuevo.
La regulación del alza del arma es un tema que debemos dominar, ya que nos veremos en la necesidad de modificarla en el transcurso de una tirada, (por cambios de la luz solar sobre todo). En entrenamientos debemos tocar las regulaciones del alza y apuntarnos en un papel o en la culata (cuando lo tengamos seguro) cada “clic” y que variación a sufrido el proyectil en la diana. Apuntar con seguridad los “clics”, de izquierda a derecha y en qué dirección van los tiros y los “clics” de arriba y abajo y en qué dirección debemos mover el tor,nillo, para que los disparos vayan a derecha o izquierda, arriba o abajo.
El dibujo (foto 6) de la presentación, nos indica la apnea, momento en que debemos dejar de respirar para efectuar el disparo.
Cuando estemos apunto de disparar haremos varias respiraciones profundas, nos concentraremos en lo que vamos a hacer, levantaremos el arma sobrepasando el blanco y bajaremos lentamente el brazo con el arma hasta situarnos a la altura del blanco, entre el 3 y el 4, para empezar a apretar el disparador. En ese instante aspiraremos profundamente y dejaremos ir el aire hasta vaciar nuestros pulmones hasta la mitad aproximadamente, y aguantaremos la respiración. Ahí es donde empieza la apnea, que no puede durar más de 12 segundos, ya que sino el disparo saldrá mal.